7 mar 2009

'Bout pípol

Buenos tiempos tengan.
He abierto la ventana de creación de entradas con la firme intención de, precisely, hacerme de una nueva. Sin embargo, de momento carezco de un tema específico del cual tratar, así que supongo continuaré escribiendo lo que a la mente se me venga hasta que encuentre el apropiado, o en su defecto, hasta que llene un espacio significativo con letras variadas. Here I go.
La gente, hasta qué punto es tolerable. ¿En qué momento uno deja de intentar tratar con alguien y se da cuenta que le cae mal? Como futuro profesionista en la materia psicológica, no puedo darme el lujo de ir desechando gente a diestra y siniestra sin dar segundas, terceras, cuartas, 'n' oportunidades. Como ser humano que soy, las 'n' oportunidades podrían sonar a demasiado, y es que es un hecho que las personas terminan hartándose de otras, teniendo cierto límite, cada uno se establece el suyo. ¿Cuál es el mío? ¿Cuántas veces y hasta qué punto puedo perdonar? ¿Hasta qué punto soy paciente? ¿Hasta qué punto se termina el derecho de los demás a equivocarse y empieza el mío a permitir otra equivocación?; y sus respectivas viceversas. ¿Cuándo tiene uno el derecho a delimitar su espacio? ¿Hasta qué punto estamos disponibles para quién y por cuáles motivos? ¿Son estos motivos comprensibles para todos? No. ¿Quiénes sí nos pueden comprender? ¿Quiénes tienen el derecho a reclamarnos? ¿Cuándo? La incomprensión y el enojo son sentimientos naturales y espontáneos en el humano, impulsos reactivos. Tenemos todo el derecho a enojarnos y a no comprender a los demás, al menos hasta que nos den razones que quepan en nuestra cabeza y terminemos comprendiendo. Pero cuando las razones se han agotado de la boca de nuestro infractor, y continuamos enojados y sin comprenderlos, entonces es momento de autoanalizarnos, y de analizarlo a él, pero no desde nuestra perspectiva, sino desde la suya, de ponernos en sus zapatos y saber por qué dice eso; defendiéndose de qué o intentado cubrir qué. Autoanalizándonos nos damos cuenta de por qué no nos cabe cierta idea en la cabeza, y analizando a otra persona desde su perspectiva nos damos cuenta por qué a ella sí; y si no somos una cabeza dura, que NO DEBEMOS DE SERLO, comprenderemos dónde está el problema y si es solucionable, o si el error es perdonable, o si las mentiras son justificables... porque a veces lo son; dijo Anne Rice: la mentira es un arte social injustamente despreciado. La mente flexible siempre es más feliz y está mejor con más personas; en cambio, la cabeza dura, el juicio estrecho, las ideas fijas: todo lo que representa el pensamiento inflexible, por lo general se topa con mentes opuestas o ligeramente diferentes que le hacen rabiar. El pensador inflexible se frustra por no ver el mundo como se supone que debe ser, y limita su círculo social a quienes piensan de manera igual o muy semejante a él para no ver su realidad atacada. En consecuencia, el pensador inflexible afecta negativamente el medio, lo contamina, pues excluye gente importante nada más por su variedad de opiniones, viciando un ámbito por ejemplo, laboral (suponiendo que el cabeza dura es un jefe), y trastornando su funcionamiento, frustrando las ideas aun sean innovadores de los elementos que laboran ahí. A saber que, podemos ser las personas con la mente más flexible del mundo y tener 2 ó 3 aspectos o situaciones en los cuales nuestro juicio se estrecha al diámetro de una uretra: cuidado con eso.
Ahora, supongamos que hemos logrado comprender el pensamiento de otra persona. Entedemos cómo se maneja y nos damos cuenta que no nos gusta, de hecho, que nos disgusta. ¿Qué hacer? ¿Alejarnos? Sí. Al menos eso es lo que creo, entre menos cerca estés de lo que te disgusta mejor, siempre y cuando no te olvides de que existe, de que es dentro de la realidad, que es posible y perfectamente funcional, aunque tal vez no para ti, con que le dejes ser, con eso es suficiente. Ideal sería que todos viviéramos en armonía, pero desafortundamente somos resultados continuos e inevitables... sí, nos hacemos todos los días; sí, podemos superarnos, pero No: lo que no es posible es que todo esté bien. Retomo, somos resultados continuos e inevitables, y creo que para estar todo bien tuvo que haber empezado bien, pero no fue así. Nadie nace ni se concibe en condiciones ideales; sólo se hace lo mejor que se puede, aunque no en todos los casos. Ay de aquellos que no se concibieron en amor, que no fueron criados tampoco en él, pues rellenar los espacios de los primeros años resulta la mayor de las tareas. Volviendo a suponer, esta vez que yo haya nacido en situaciones ideales, para que todo esté bien tú también debiste haber nacido en ellas, y ella y él y aquellos, que comprenden esta pequeña sociedad, tuvieron que, también.
Piensa a cuánta gente has rechazado por tus razones, a cuántas te has negado a perdonar y a cuántas has lastimado, y piensa cuánta de esa gente seguramente no te comprendió y entonces tú te enojaste o decepcionaste, creando así círculos lastimosos. Piensa en la diferencia de percepciones, de puntos de vista, en las formas tan diferentes en que fueron criados, en las cosas que te dijeron que estaban bien y que estaban mal, que seguramente no fueron las mismas que a él o a ella. Hay tantas cosas que se pueden solucionar o evitar con simples frases como "comprendo que pienses así, pero yo creo que...", "está bien, aunque yo no pienso igual porque...". Try. No hay gente mala, ni una sola; lo que hay son variadas razones.

Y contando...

Etiquetas

Frozen


Listening and reading

  • Escuchando: La Oreja de Van Gogh, La 5a Estación, Gloria Trevi y Adriana Foster. (Pop Power)
  • Leyendo: Ecce Homo, de Friedrich Nietzcshe.

Lista

  • 1 Mónica Naranjo
  • 2 Tarja Turunen
  • 3 Shakira
  • 4 Floor Jansen
  • 5 Sharon Den Adel
  • 6 Anneke Van Giersbergen
  • 7 Vibeke Stene
  • 8 Duan Marie
  • 9 Roy Khan
  • 10 Isabel Pantoja