28 sept 2007

Mágica noche de cellos, y la pequeña odisea anterior a ésta.

Llegué a las 7:26 a la plaza principal de la ciudad (muérete de envidia, 8 Hidalgo), según el reloj de mi iPod. Como el amigo con el que tenía planeado reunirme suele llegar tarde adonde sea que se le cite, no me preocupé demasiado al quedarme solo los siguientes veinte minutos. Éstos y unos cuantos más los ocupé en echar un vistazo al concurso de canto típico que se llevaba acabo fuera del Centro Cultural, asimismo fui identificando a la gente que fácilmente notaba, tenían el mismo propósito que yo: asistir al concierto tributo a Apocalyptica. Luego de que las horribles voces de los dos primeros participantes del concurso anterior jodieran mis oídos, una tercera apareció para sorprendernos con sus potentísimos -pero nacos- dotes vocales, humillando de paso a sus contrincantes bien -pero bien- feo.
Mientras yo paseaba por aquí y por allá e inocentemente buscaba con la mirada al amigo, o ya de perdido gente conocida, reparé en que había un hombre treintón que me seguía e intentaba hacer contacto visual conmigo; a primera instancia creí que lo reconocía, pero por más que fruncía el entrecejo tratando de recordarle un nombre o referencia, no pasó de serme desconocido. Cuando me paraba en algún lugar él iba y se plantaba a unos cuantos metros, y al momento en que volteaba a verlo me sonreía. Yo estúpidamente le devolví el gesto una sola vez, con lo que creo que le fue suficiente para querer acercarse un poco más. Quise perderle de vista y me introduje al Centro Cultural, pero el muy cínico me siguió y llegó a mí con la excusa de que no sabía dónde estaba el baño; yo le dije que tampoco yo lo sabía, lo cual era cierto. Una vez se fue a proseguir con la búsqueda, pasó frente a mí un personaje que apestaba a Metal; su apariencia de hecho parecía gritar "Made in Hell". Lo seguí puesto que adiviné asisitiría al mismo evento que yo. Más tarde me comentarían que a ese tipo le decían "Excalibur". En efecto, Excalibur me llevaría sin saberlo hasta el lugar donde una señora vendía los boletos para el evento.
Ya con ticket en cartera, salí a la placita una vez más, sólo para encontrarme con que el Señor Hostigamiento ya había encontrado el baño, hecho que me comentó con efusividad, y al que luego añadió entre dientes: "Digo, por si quieres ir"+ risilla nerviosa. El lector sabrá que soy de mente abierta, pero este hombre me doblaba en edad por lo menos; me espanté un poco y le rehuí cuanto pude. Entré al Centro una vez más y luego de darle vueltas esperando ahora sí impacientemente al amigo, me encontré con que Don-Quiero-Algo-Contigo me miraba desde la segunda planta. Felizmente me di cuenta que gente comenzaba a reunirse a la entrada de la pequeña sala a la que asistiría a las 8:30. Me les uní de inmediato y no volví a verlo.
Pasadas las 8 de la noche llegó Raul junto a un amigo suyo: súper, ya no tenía que seguir errando entre EMOs o metaleros desconocidos. Compraron ambos dos sus boletos y de inmediato nos arrojamos a conseguir un buen lugar a mediación de todo. Calculé unas 60 o 70 gentes en la sala, de los cuales sólo reconocí dos.

Puntualmente las luces se apagaron, el silencio se hizo y una mujer alta y morena vestida de negro, de cuyo cuello colgaba un crucifijo también negro, nos dio una sencilla presentación de la banda Opus IV, consistente en un cuarteto de cellistas, que aquella noche rendiría tributo a la mundialmente famosa Apocalyptica. Cuando ésta se retiró de escena, aparecieron los presentados y sin más tomaron asiento y se pusieron a tocar una melodía suave y lenta. Mi mente luchó por recordar el nombre que en conjunto suponíanseme tan familiares notas, pero no fue hasta que hubo terminado que me confirmaron era Nothing Else Matters, cover que Apocalyptica hizo de Metallica, a su vez covereado por los geniales Opus IV.
El único varón del cuarteto tomó un micrófono para presentarse a sí mismo y a sus compañeras: Tábata -o tal vez Thábata o Tábatha o Thábatha-, era una joven blanca, alta, rellenita y de facciones más que bonitas, que en muy pocas ocasiones volvió la vista al público durante la representación, me pareció mu seria y concentrada; Eva, la señora y maestra del cuarteto, sonreía frecuentemente, que apenas brilló alguna que otra ocasión, tal vez porque era difícil seguirle entre tanta carne joven, tal vez porque no quería opacar a quienes sin duda eran los discípulos de quienes estaba orgullosa; Gaby, exquisita y pálida muchacha de rostro encantador, portaba falda con corte que revelaba un costado de su muslo derecho, obvia habilidad al momento de mover los dedos a través de las cuerdas de su cello, el cual se diferenciaba del resto por un color más oscuro, la única que dirigía largas miradas al auditorio; y Júpiter, alto, adorable entre sus ropas góticas que revelaban una perfectamente formada musculatura, botas enormes y llamativas, blanco también de piel, tan hábil como Gaby con la música.
Pasaron otras dos excelentes interpretaciones antes de que entrara al escenario un tal Aldebarán. Éste tomó su lugar en la batería, y aunque no tocaba mal, mi amigo y yo coincidimos en que cortaba grotescamente la estética de los Opus VI, pues mientras éstos creaban convincentemente una atmósfera gótica mediante posturas y atuendos, aquél iba en pantalones cortos y llevaba en el alegre bombo la imagen de lo que parecía un cactos. Lo ideal hubiera sido que bajaran el telón allá atrás, justo donde estaba él, de esta manera podía complementar a los cellistas sin tener que hacernos soportar su imagen. Pero bueno, el hecho de que estuviera allí no impidió que disfrutara yo de tan agradable noche musical.
He estado quebrándome la cabeza y no logro recordar del todo los nombres de las canciones, principalmente porque varias ni las conocía hasta entonces, pero éstas son unas de las que puedo nombrar: Fade to Black, Inquisition Symphony, Toreador, Hope y creo que Path. Fue el cover de Sepultura mi favorito, y fue Master of Puppets la última interpretación, canción correspondiente al aclamo que el público expidió mediante la cantata "¡Otra, otra!".
No fue sino hasta luego del receso que tomaron los cellistas que comencé a sentir verdaderamente su música, y por tanto, a mover rítmicamente la cabeza, tal como se debe hacer en un concierto de éstos, en respuesta a la manifestación que mis sentidos demandan ser expuesta a través de mi cuerpo.
Me entristeció el que tuviera que terminarse tan pronto el performance, pues me gustó demasiado e incluso me encariñé con los músicos: Tábata, siempre concentrada en la lectura de las notas; Eva sonriendo abiertamente al público cuando una canción terminaba; Gaby perdiendo la mirada entre la gente -podría jurar que hicimos contacto visual más de cinco veces- casi sin prestar atención a el cuadernillo que tenía enfrente, mucho menos a su instrumento; y Júpiter, de presencia imponente y magistral, tan bello que me robó el aliento en varias ocasiones...

Ofrezco mi admiración y respetos a Opus IV, excelente cuarteto de cellistas cuyo tributo superó con creces mis expectativas, cuya mágica musicalidad me dejó sabrosísimo sabor de boca.

27 sept 2007

29 De Septiembre.

Sucedió en la segunda planta de uno de los edificios del CBTis 119, hace un mes y medio, más o menos, cuando yo esperaba pacientemente a un amigo afuera de su salón.
-¿Qué estás haciendo? -preguntó Mayra desde abajo. Luego de que yo intentara explicarle mediante gritos que apenas eran audibles a causa del bullicio tan típico en receso, resolvimos que ella subiera, pues al parecer tenía algo importante que decirme.
-Oye, ¿sabías que estaban queriendo hacer una reunión los de la primaria? -inquirió no con estas palabras exactamente, pero fue ésa la idea.

Me gustó la ocurrencia y estuve de acuerdo en ayudar con lo que se me pidiera, pero nunca se me cruzó por la cabeza que mi querida amiga gustara de llamar a la primera persona del singular -yo- por el nombre de la tercera persona del plural -ellos-; así, no supe sino paulatinamente que al momento de decir "estaban queriendo..." quiso decir "estaba queriendo". Y es que, nadie a excepción de ella preparaba tan controvertido plan.
Entonces me di cuenta que sólo éramos nosotros dos los organizadores, y aunque en un principio este hecho me pareció escandaloso, digo, nunca asisto a fiestas/reuniones que me invitan, ¿a quién le cabría la idea de que fuese yo precisamente el que se encargara de despertar el ánimo en los demás para que se decidieran por asistir a una de éstas...? A pocos días, me llegó a la cabeza un quote que ya tenía tiempo anotado en las últimas páginas de un cuaderno: "No es correcto identificarse con un solo modo de ser, porque impediría el desarrollo de uno mismo". Fue Jaramillo Loya quien lo escribió, y en aquel momento me vino de maravilla. Cuando me han preguntado que yo qué ando haciendo con esto, se los traduzco a: "es bueno variar de vez en cuando", je.
De hecho, aun ofrecí mi casa como lugar de reunión, luego de que la palapa que se tenía prevista para el mismo fin no se pudiera conseguir.
Apenas hace unas dos semanas que nos hemos estado moviendo activamente Mayra y yo para hacer llegar invitaciones -¡hasta hicimos invitaciones!- a nuestros ex-compañeritos. Localizarlos no ha sido tarea muy difícil, pues cada que veíamos a alguien, ese alguien nos ofreía el decirle a un alguien más con el que todavía tenía contacto, y así se fue propagando; de esta manera, hasta el día de hoy tenemos contactadas a poco más de veinte gentes, y nos hemos puesto a hacer memoria sólo para darnos feliz cuenta que fueron si acaso unos 5 o 6 de los que no supimos, y dos que no quisieron/pudieron. Ayer fue un día algo ajetreado, puesto que anduvimos tocando puertas de personas que apenas nos conocieron, todo bajo un sol que se negaba a quedarse más de dos minutos cubierto por las nubes. Pero bueno, lo cierto es que también obtuvimos ayuda de personas que sí tienen automóvil propio dos veces, así que no fue tanta la fatiga.

Si todos siguen con el ánimo que tenían al momento de que se les presentara nuestra idea, este sábado 29 de septiembre estaremos recordando con nostalgia y picardía los momentos vividos en la primaria Juan B. Tijerina cerca de dos decenas de contemporáneos, al tiempo que disfrutamos de una cena propia de un buen asador en el patio de mi casa.


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Por otro lado, les presumo que ya ando usando sangría.

Edit: Vaya fiasco, la sangría desaparece al momento de hacer pública una entrada; lo siento, se quedarán sin ella.

9 sept 2007

If the prince...

Me encontré estos "que pasaría si..." refiriéndose a distintos géneros de metal en un blog de donde suelo bajar música. Corregí algunos errorcillos de ortografía y redacción, pero básicamente lo dejé como estaba. La mecánica es ésta:

He aquí cómo hubiese cambiado la historia en el típico cuento donde la princesa es secuestrada en un castillo por un imponente dragón; suponiendo que el príncipe que la rescata es un metalero. Si el príncipe fuera:

Heavy Metal: llega el metalero forrado de piel negra en una motocicleta, mata al dragón, se jode a la princesa y se toma una cerveza.
Power Metal: llega el metalero en un unicornio blanco, mata gloriosamente al dragón, se lleva a la princesa y le hace el amor en un bosque encantado.
Speed Metal: llega el metalero al castillo y se pone en chinga a correr alrededor del castillo como idiota, haciendo que el dragón se rompa el cuello al perseguirlo. En chinga sube y baja las escaleras tres veces, llega con la princesa y se la coge en chinga, luego ella despierta y se va.
Glam Metal: llega el metalero al castillo y el dragón se burla de su apariencia. Entra al cuarto de la princesa, se roba el kit de cosméticos y pinta el castillo de colores rosa y morado. La princesa se va con el de Heavy metal.
Doom Metal: llega el metalero al castillo, ve el tamaño del dragón, se deprime porque piensa que no puede matarlo y se suicida. El dragón se lo come a él y a la princesa.
Goth Metal: llega el metalero al castillo, trata de intimidar al dragón con sus colmillos, le dice que todos ya estamos muertos y le presume su cultura. El dragón le tiene compasión y se lo come.
Death Metal: llega el metalero al castillo, mata al dragón, se jode a la princesa y la mata.
Viking Metal: llega el metalero al castillo en un enorme barco blandeando su poderosa hacha, mata al dragón, se lo come y de su piel se hace una capa; viola a la princesa hasta la muerte, quema el castillo y se roba los tesoros si los hay.
Black Metal: llega el metalero al castillo a la media noche. A la luz de la luna empala al dragón frente al castillo, sodomiza a la princesa, bebe su sangre en un ritual y luego la empala.
Gore Metal: llega el metalero al castillo, mata al dragón, saca sus órganos y los esparce en el castillo. Se jode a la princesa y la mata, se jode su cadáver, le abre la panza y se come los órganos; se la jode de nuevo, la quema y se la vuelve a joder.

Ahora supongamos que no fue un metalero, sino que el príncipe era un:

Punketo: trae a sus amiguitos y realizan todos un meeting en protesta para que liberen a la princesa. El dragón arroja fuego y todos huyen como putitas locas valiéndoles madre la princesa.
SKA: llega el protagonista acompañado de 45 fetos de secundaria. Se enfrentan al dragón a punta de patinetazos. 23 mueren calcinados, 22 pisoteados y el protagonista junto con la princesa devorados por el dragón.
EMO: se corta las venas antes de siquiera llegar al castillo.


Sí, estoy aplazando la realización de mi tarea. >_>

4 sept 2007

Don't bother.

Montón, muchedumbre, multitud, masa, freno, estupidez andante.





Tan simplonas, insípidas, aburridas y torpes; pero que pueden hacer tanto (tortillas, tamales dulces y salados, panes, mazapanes, gorditas, empanadas, enchiladas, sopes, etc.). Las masas están a la orden del día.

Si creen que esta entrada hablará de uno de los ingredientes más utilizados en la cocina mexicana, se equivocan. Está dedicada más bien a ese montón de gente al que alguna vez todos hemos pertenecido, ése que se mueve en un solo sentido mas no -téngase en especial cuenta- por las mismos motivos ni porque sea su causa el que todos piensen igual. Solía creer que la antes mencionada acumulación de seres humanos era toda un solo organismo -con carencia de neuronas- que, como hormigas, seguíanse sus integrantes los unos a los otros sin pensarlo, o pensando cosas semejantes... pero hoy me he dado cuenta que no es así. También creía que la masa, como un ser descerebrado, y dada su naturaleza alelomorfa, sería fácilmente influenciable y manejable... pero tampoco funciona de esta manera. A continuación presento el caso, que desde mis ojos, afectó hoy la clase de Ciencia Tecnología Sociedad y Valores III:

En primera instancia, algunos alumnos llegamos a la misma como si se tratara de nuestra casa, ignorando a Nereyda (mejor conocida como "la maestra del café") y atendiendo nuestros propios asuntos. Durante el pase de lista, éramos pocos los que en silencio quedábamos sentados. Luego, aprovechando la buena voluntad de Nereyda y el hecho de que teníamos Katos a la mano, mis compañeritos juguetones comenzaron a lanzárselos en plena clase; por si fuera poco, los jovencitos del fondo no dejaban de patear el banco de otro sujeto, quien estúpidamente sólo se volvía a acomodar en su lugar para ser desfilado una y otra vez. La profesora pidió vanamente y en súplica, como hace la mayoría de las veces, que guardáramos compostura, cosa que no se le concedió. Unos veinte minutos antes de que terminara la segunda hora, y una vez que ella diera la espalda al grupo para señalar (creo) algo que tenía anotado en el pizarrón, un cacahuate japonés salió volando de un lado del salón al otro, vaciló un instante fugaz por el espacio hasta que terminó golpeando, no sé si una ventana, un muro o a alguien; agotada y decepcionada, Nereyda amenazó con salir del grupo pues ya no quería batallar. Cuando el culpable, oculto entre dos posibles lanzadores, se rehusó a dar la cara, Nereyda recogió sus cosas y se fue, llenos sus oídos en el proceso de descarados "¡No se vaya!"s expedidos por el alumnado, del que el lector se equivocaría si creyese que fui parte en ese momento. La representante -sé que me estarás leyendo- intentó ordenar el bullicio que del grupo se creó cuando la profesora hubo salido utilizando una actitud seria y enojada, la misma que desgastada por su uso, surtió menos efecto que un piquete de hormiga a una ballena azul, si se me permite la grotesca comparación. La conversación de la repre con nosotros rápidamente tornó a asuntos más importantes que involucraron a la tesorera, así que yo aproveché para salir al baño y de paso ver si me encontraba con Nereyda por algún lado y así externarle mi opinión. Sin que me sorprendiera lo más mínimo, la vi sosteniendo una alegre charla con una de mis compañeras, una de ésas a quienes tachan de metiche, y que presuntamente quería hacerse la heroína, cosa en la que no estoy de acuerdo..., pero bueno, me desvío; le dije un poco de lo que pensaba del sistema educativo, que el problema no era culpa de ella ni nuestro, sino que tenía raíces más profundas. Le dije también que la eliminación de alumnos era lo más adecuado para casos como el que se había presentado, a lo que ella tristemente estuvo de acuerdo; por último terminó prometiendo que sacaría a aquellos que no la dejasen trabajar, a pesar de que iba contra su estilo pedagógico.

Estará mi lector seguramente un poco confundido por la escena que le acabo de mostrar, intentará tal vez sin mucho éxito relacionarla con las informes masas de harina de maíz allá arriba, e incluso hasta se preguntará a qué diantre viene el nombre de la entrada. Espero irle respondiendo a continuación.

Formo mi propio concepto de masa, refiriéndome al conjunto azaroso de seres humanos reunido con o sin motivo aparente, todos con mentalidades y fines individuales, que son dispares o más o menos semejantes, y que sin embargo van hacia una sola dirección generalmente de forma involuntaria, que son escasas veces conducidos por líderes; cuyas principales características son el desorden, la inconsciente estupidez y el afanoso intento de refrenarse intelectual y culturalmente a sí mismos como a los que no están dentro de sus perfectamente limitadas fronteras, sin querer detenerse a pensarlo.

Y todo esto antes mencionado lo observé aquellas dos fatídicas horas del día de hoy en el 5ºA , grupo al cual pertenezco, una ejemplificación típica de masa.

No se ponen sus individuos de acuerdo para crear desorden, no tienen como objetivo fastidiar a los catedráticos ni a quienes queremos aprender algo, no tienen la conciencia que debería suponer el hecho de que rondan los diecisiete años de edad; son impulsivos con sus instintos primitivos, a tal grado que me sería normal si se pusieran a fornicar en clase o a defecar dentro de sus propios pantalones, como ganado... ganado con pantalones. Habría de retomar las palabras que en negritas remarqué a tan solo unos pocos renglones arriba... ¿se han topado en su casa con ropa sucia o una basurita en el suelo para al siguiente segundo levantar la mirada y bloquear de su mente la acción de levantarla...? Más fácil, con una tarea... o con lo que más allá de desear ser de mayores, tendrán que ser para sobrevivir; o el existencial, abrumador y fugaz pensamiento de que después de la muerte hay NADA. Son los anteriores ejemplos de inconsciencia medianamente involuntaria, pues no podríamos negar que de alguna forma interviene (tal vez una milésima de segundo) nuestra parte consciente para decirnos en susurro que supone un trabajo extra, que alguien nos la pasará, que no encontraremos la solución o que la idea es demasiado aterradora como para reflexionarla sin torturarnos de manera innecesaria; respectivamente.
Poniendo el ejemplo de mi grupo, combinemos en un salón 50 adolescentes: seres semi, voluntaria y paradójicamente inconscientes, todos al mismo tiempo sin querer detenerse a pensar en consecuencias, con cosas distintas en la cabeza que imposiblemente les lleva a un lugar sino al caos y al relajo pésimamente enfocado. ¿Resultado? La desesperación del que está a cargo, mucho más fácilmente realizable si éste es una persona de débil carácter. La masa en su máximo esplendor.
Dije antes que creía que la masa podría ser fácilmente influenciable y manejable, pero que siempre no. Se adivina por lógica que, habido hablado ya mucho de la inconciencia que la materia pulverizada fusionada al agua presenta, se tornaría dificultoso el querer entrar en su razón parándose frente a ésta sea cual sea la actitud adoptada.

Podría alguien querer encontrar solución para esto, y le deseo suerte, pero yo no me desgastaría. A la masa, es más fácil seguirla; si no te gustan sus prejuicios ni la forma en que trabaja, enmascárate bajo su propia cara y finge ser un individuo más, para luego quitártela frente a aquéllos que tienen pensamientos similares a los tuyos. Supérala pero no intentes dejar de convivirle. Es fácil mirarle con desprecio y tristeza, pero más aún sonreírle.

Don't bothA.

Y contando...

Etiquetas

Frozen


Listening and reading

  • Escuchando: La Oreja de Van Gogh, La 5a Estación, Gloria Trevi y Adriana Foster. (Pop Power)
  • Leyendo: Ecce Homo, de Friedrich Nietzcshe.

Lista

  • 1 Mónica Naranjo
  • 2 Tarja Turunen
  • 3 Shakira
  • 4 Floor Jansen
  • 5 Sharon Den Adel
  • 6 Anneke Van Giersbergen
  • 7 Vibeke Stene
  • 8 Duan Marie
  • 9 Roy Khan
  • 10 Isabel Pantoja