4 sept 2007

Don't bother.

Montón, muchedumbre, multitud, masa, freno, estupidez andante.





Tan simplonas, insípidas, aburridas y torpes; pero que pueden hacer tanto (tortillas, tamales dulces y salados, panes, mazapanes, gorditas, empanadas, enchiladas, sopes, etc.). Las masas están a la orden del día.

Si creen que esta entrada hablará de uno de los ingredientes más utilizados en la cocina mexicana, se equivocan. Está dedicada más bien a ese montón de gente al que alguna vez todos hemos pertenecido, ése que se mueve en un solo sentido mas no -téngase en especial cuenta- por las mismos motivos ni porque sea su causa el que todos piensen igual. Solía creer que la antes mencionada acumulación de seres humanos era toda un solo organismo -con carencia de neuronas- que, como hormigas, seguíanse sus integrantes los unos a los otros sin pensarlo, o pensando cosas semejantes... pero hoy me he dado cuenta que no es así. También creía que la masa, como un ser descerebrado, y dada su naturaleza alelomorfa, sería fácilmente influenciable y manejable... pero tampoco funciona de esta manera. A continuación presento el caso, que desde mis ojos, afectó hoy la clase de Ciencia Tecnología Sociedad y Valores III:

En primera instancia, algunos alumnos llegamos a la misma como si se tratara de nuestra casa, ignorando a Nereyda (mejor conocida como "la maestra del café") y atendiendo nuestros propios asuntos. Durante el pase de lista, éramos pocos los que en silencio quedábamos sentados. Luego, aprovechando la buena voluntad de Nereyda y el hecho de que teníamos Katos a la mano, mis compañeritos juguetones comenzaron a lanzárselos en plena clase; por si fuera poco, los jovencitos del fondo no dejaban de patear el banco de otro sujeto, quien estúpidamente sólo se volvía a acomodar en su lugar para ser desfilado una y otra vez. La profesora pidió vanamente y en súplica, como hace la mayoría de las veces, que guardáramos compostura, cosa que no se le concedió. Unos veinte minutos antes de que terminara la segunda hora, y una vez que ella diera la espalda al grupo para señalar (creo) algo que tenía anotado en el pizarrón, un cacahuate japonés salió volando de un lado del salón al otro, vaciló un instante fugaz por el espacio hasta que terminó golpeando, no sé si una ventana, un muro o a alguien; agotada y decepcionada, Nereyda amenazó con salir del grupo pues ya no quería batallar. Cuando el culpable, oculto entre dos posibles lanzadores, se rehusó a dar la cara, Nereyda recogió sus cosas y se fue, llenos sus oídos en el proceso de descarados "¡No se vaya!"s expedidos por el alumnado, del que el lector se equivocaría si creyese que fui parte en ese momento. La representante -sé que me estarás leyendo- intentó ordenar el bullicio que del grupo se creó cuando la profesora hubo salido utilizando una actitud seria y enojada, la misma que desgastada por su uso, surtió menos efecto que un piquete de hormiga a una ballena azul, si se me permite la grotesca comparación. La conversación de la repre con nosotros rápidamente tornó a asuntos más importantes que involucraron a la tesorera, así que yo aproveché para salir al baño y de paso ver si me encontraba con Nereyda por algún lado y así externarle mi opinión. Sin que me sorprendiera lo más mínimo, la vi sosteniendo una alegre charla con una de mis compañeras, una de ésas a quienes tachan de metiche, y que presuntamente quería hacerse la heroína, cosa en la que no estoy de acuerdo..., pero bueno, me desvío; le dije un poco de lo que pensaba del sistema educativo, que el problema no era culpa de ella ni nuestro, sino que tenía raíces más profundas. Le dije también que la eliminación de alumnos era lo más adecuado para casos como el que se había presentado, a lo que ella tristemente estuvo de acuerdo; por último terminó prometiendo que sacaría a aquellos que no la dejasen trabajar, a pesar de que iba contra su estilo pedagógico.

Estará mi lector seguramente un poco confundido por la escena que le acabo de mostrar, intentará tal vez sin mucho éxito relacionarla con las informes masas de harina de maíz allá arriba, e incluso hasta se preguntará a qué diantre viene el nombre de la entrada. Espero irle respondiendo a continuación.

Formo mi propio concepto de masa, refiriéndome al conjunto azaroso de seres humanos reunido con o sin motivo aparente, todos con mentalidades y fines individuales, que son dispares o más o menos semejantes, y que sin embargo van hacia una sola dirección generalmente de forma involuntaria, que son escasas veces conducidos por líderes; cuyas principales características son el desorden, la inconsciente estupidez y el afanoso intento de refrenarse intelectual y culturalmente a sí mismos como a los que no están dentro de sus perfectamente limitadas fronteras, sin querer detenerse a pensarlo.

Y todo esto antes mencionado lo observé aquellas dos fatídicas horas del día de hoy en el 5ºA , grupo al cual pertenezco, una ejemplificación típica de masa.

No se ponen sus individuos de acuerdo para crear desorden, no tienen como objetivo fastidiar a los catedráticos ni a quienes queremos aprender algo, no tienen la conciencia que debería suponer el hecho de que rondan los diecisiete años de edad; son impulsivos con sus instintos primitivos, a tal grado que me sería normal si se pusieran a fornicar en clase o a defecar dentro de sus propios pantalones, como ganado... ganado con pantalones. Habría de retomar las palabras que en negritas remarqué a tan solo unos pocos renglones arriba... ¿se han topado en su casa con ropa sucia o una basurita en el suelo para al siguiente segundo levantar la mirada y bloquear de su mente la acción de levantarla...? Más fácil, con una tarea... o con lo que más allá de desear ser de mayores, tendrán que ser para sobrevivir; o el existencial, abrumador y fugaz pensamiento de que después de la muerte hay NADA. Son los anteriores ejemplos de inconsciencia medianamente involuntaria, pues no podríamos negar que de alguna forma interviene (tal vez una milésima de segundo) nuestra parte consciente para decirnos en susurro que supone un trabajo extra, que alguien nos la pasará, que no encontraremos la solución o que la idea es demasiado aterradora como para reflexionarla sin torturarnos de manera innecesaria; respectivamente.
Poniendo el ejemplo de mi grupo, combinemos en un salón 50 adolescentes: seres semi, voluntaria y paradójicamente inconscientes, todos al mismo tiempo sin querer detenerse a pensar en consecuencias, con cosas distintas en la cabeza que imposiblemente les lleva a un lugar sino al caos y al relajo pésimamente enfocado. ¿Resultado? La desesperación del que está a cargo, mucho más fácilmente realizable si éste es una persona de débil carácter. La masa en su máximo esplendor.
Dije antes que creía que la masa podría ser fácilmente influenciable y manejable, pero que siempre no. Se adivina por lógica que, habido hablado ya mucho de la inconciencia que la materia pulverizada fusionada al agua presenta, se tornaría dificultoso el querer entrar en su razón parándose frente a ésta sea cual sea la actitud adoptada.

Podría alguien querer encontrar solución para esto, y le deseo suerte, pero yo no me desgastaría. A la masa, es más fácil seguirla; si no te gustan sus prejuicios ni la forma en que trabaja, enmascárate bajo su propia cara y finge ser un individuo más, para luego quitártela frente a aquéllos que tienen pensamientos similares a los tuyos. Supérala pero no intentes dejar de convivirle. Es fácil mirarle con desprecio y tristeza, pero más aún sonreírle.

Don't bothA.

2 comentarios:

Scick dijo...

.... has tomado la decisión correcta respecto a tu carrera... awesome o.ó

-FL- dijo...

Una situación horrorosamente familiar sucede en mi salón, donde resulta que la mayoría somos hombres, teniendo sólo 11 mujeres en total. Coincido contigo en muchas líneas de tu entrada.

Particularmente, me desagradan las masas y no les sonrío con la misma facilidad que propones, ésto es un caso, como ya dije, particular. Estoy seguro que hallaremos opiniones encontradas si hacemos un pequeño sondeo.

Me pareció muy atractiva tu entrada, Eds, quisiera ver más de ésto.

Y contando...

Etiquetas

Frozen


Listening and reading

  • Escuchando: La Oreja de Van Gogh, La 5a Estación, Gloria Trevi y Adriana Foster. (Pop Power)
  • Leyendo: Ecce Homo, de Friedrich Nietzcshe.

Lista

  • 1 Mónica Naranjo
  • 2 Tarja Turunen
  • 3 Shakira
  • 4 Floor Jansen
  • 5 Sharon Den Adel
  • 6 Anneke Van Giersbergen
  • 7 Vibeke Stene
  • 8 Duan Marie
  • 9 Roy Khan
  • 10 Isabel Pantoja