17 dic 2007

De religiosidad, ubicación y otros medios intentos. (Entrada asquerosamente subjetiva.)

Es tan bonito sentir lo que yo, creer lo que yo, pensar lo que yo, tomar lo que yo, vivir lo que yo, soñar lo que yo, fantasear lo que yo, hacer lo que yo y planear lo que yo; en fin, ser lo que yo.
Pero resulta que la gente no es tan bonita como uno. Y no le basta con no ser bonita, sino que además, envidiosa como es, quiere que tampoco tú seas bonito. Entiéndase por gente ésa a la que llamé en anteriores entradas masa, conocidos sus elementos integrantes como seguidores de las reglas del aparentar; ésos mismos que no quieren detenerse a pensar.

Al momento de escribir esta entry, ya no sé si baste con una máscara para vivir de lado de estas gentes. Se me requiere un cambio total, y no sé si poniéndome el antifaz de "todo va bien" pueda simularlo; tampoco funcionará del todo con el que deja suficiente espacio para que mis ojos se vean completamente, ése que grita hipócrita -pero convencedora- mente: ¡puedes ver a través de mi alma y sabrás que no miento! De hecho he revuelto toda mi caja de carnaval y no encuentro la máscara adecuada, tal vez porque no existe. Tal vez porque esta vez me toque descender completamente desde mi cielo a la categoría masa, no para pasarme por uno de sus integrantes, sino para ser uno de ellos. Ser uno de ésos que se ríen de los albures de los demás gilíes soeces y les celebran sus actos dignos de seres poco pudientes, uno de ésos que aplauden a los payasos y discuten acaloradamente la política como si la entendieran, uno de ésos que no pueden abstraerse pues la menor idea desafiante de los principios socioculturales se les representa en un intercambio de miradas como algo para sentirse ridículos ¡o incluso locos! Cosa que terminan en una risilla nerviosa que alguien interrumpirá cambiando a un tema soso.

Wow..., y si con tanto sarcasmo y término despectivo me refiero a la masa, ¿cómo pertenecer a esta? ¿Cómo, conscientemente, se renuncia a la conciencia? ¿Cómo he de abandonar la razón para dar lugar a hechos meramente concebidos en cabezas religiosas de pensamientos tartamudos?

A todo esto, confieso que a propósito he utilizado terminología vaga, propia de alter ego de un demagogo... ¿ven? Intento confundirles descaradamente para mis fines, ¿funciona? Intento marearlos para que solamente asientan con la cabeza y digan "oh, ¡cuánta razón tiene!". Gracias al cielo tengo -quiero creer- lectores inteligentes que tal vez medianamente adivinasen lo anterior. Y bueno, la realidad es que no estoy llegando a conclusión alguna totalmente: no termino de inclinarme hacia un lado, prefiero quedareme a mitad, donde creo pertenecer, cosa que me mantiene en una seguridad odiosamente relativa. ¿Cuánto tiempo se pude permanecer vacilando en un lugar medio, en la punta de un pico donde se balancea una tabla con dos rocas gigantescas (extremosas) en cada canto? Ya no me importa decepcionar, me importo yo y mi futuro, y no quiero llevarme a nadie entre las patas en mi carrera hacia el tiempo antes mencionado.

Una de las rocas es representada principalmente por la religión y su supuesta salvación milagrosa, aunque ahí hay más conceptos como familia y sociedad; la otra es ésa que alberga en su interior a Eddy el librepensador (mentira que llegara apenas hasta mi entrada anterior, sigue vivito y coleando, asimismo el Sensorium Dramance). La primera ofrece luz, vida eterna (!) y redención; la segunda iluminación, conciencia limitada en tiempo mas no en formulación de ideas, y satisfacción personal. Seguramente el lector se sentirá anonadado al ver a la religión como una opción mía: miren hasta dónde he llegado con todos estos tapetes que se han movido dentro y fuera de mí, haciendo caer a varios.

Ahí está la puesta, y sin embargo ninguna opción es definitiva, y es que Eddy es librepensador por naturaleza y la idea de un Dios le resultaría todavía absurda siendo monaguillo, seguramente en alguna de esas noches en que la lucidez se dispara sin permiso. Por otra parte, tan desarrollado está el pienso de Eddy y es su reflexión tan profunda, que no se hace del todo ateo, y sigue con ideas agnósticas que muy probablemente permitirán próximas intromisiones de religiosos de lengua hábil y pienso claro.

Nada es definitivo entonces. Como dije, la máscara tal vez no existe, pero tal vez sí. Si la hallo me quedaré tanto tiempo con ella puesta como la tabla resista el peso y la lucha de las dos rocas. Si no, tal vez entre en guerra con quienes quiero, si es que no cedo en mis ideales; ambas ideas apenas expuestas me aterran.


Y ya que hablo tanto de máscaras, he aquí una canción que me cae como anillo al dedo en este momento. La banda que la interpreta es mexicana, perteneciente al género goth metal: El Cuervo de Poe. No les sorprenda que lleve por nombre Máscaras



Te enseñaron a ver el mundo al revés
A perder pedazos de conciencia
A tener miedo de ti mismo
Ignorando tu propia existencia

Siempre dicen "no puedes ignorar al mundo"
"Tienes que unirte a él"

Ser otra pieza del pastel
Usar tu cuerpo por cartel
Y después
Y después
Y después
después después

Te enseñaron a olvidarte de ti
Humillando a tus iguales
Y ser parte de este cielo
No no lo eres tú
Una estrella ya sin luz

Siempre dicen "no puedes ignorar al mundo
Tienes que unirte a él"

Ser otra pieza del pastel usar tu cuerpo por cartel
y después sin saberlo ya no piensas ya no sientes

te mostraron los caminos los vendados
para que sólo vieras miles de cifras
te desgastaras burlando los años
y jamás descansarás

Ya tú no piensas
Ya te controlan
Ya te desmayas por verte a solas

Ya tú no piensas
Ya te controlan
Ya te desmayas...

máscaras, máscaras ,máscaras


0 comentarios:

Y contando...

Etiquetas

Frozen


Listening and reading

  • Escuchando: La Oreja de Van Gogh, La 5a Estación, Gloria Trevi y Adriana Foster. (Pop Power)
  • Leyendo: Ecce Homo, de Friedrich Nietzcshe.

Lista

  • 1 Mónica Naranjo
  • 2 Tarja Turunen
  • 3 Shakira
  • 4 Floor Jansen
  • 5 Sharon Den Adel
  • 6 Anneke Van Giersbergen
  • 7 Vibeke Stene
  • 8 Duan Marie
  • 9 Roy Khan
  • 10 Isabel Pantoja