20 jul 2007

Fin de semana.

Como lo planeado, salimos el viernes pasado en la tarde, pero un poco después de lo que acordamos. El retraso que sufrimos fue sólo de unas tres horas y se debió a varias cosas; entre ellas, que mi papá no sabía que su licencia de manejo se había vencido y tuvo que ir a sacar otra, que llegaron de visita unos primos de Houston (bastante perturbadores por cierto) que no conocía, y claro, que como siempre, dejamos todo para el final. Ese mismo día me pasé la mañana acomodando cosas y viendo qué me faltaba por empacar, mientras tanto dejé en la computadora quemando unos discos para ir escuchando por el camino y de paso darle la despedida que se merece el CD Walkman (a saber que tenía planeado hacerme de un iPod en McAllen).
Vinimos saliendo cerca de las 6 de la tarde de Vicky Ranch, ya recogida la abuela de su casa y parloteando sin cese sólo como ella sabe. Gracias a Dios mis audífonos me salvaron de su bullicio y me quedé dormido por ratos. Esa parte del viaje sin mucho que merezca remembranza. Llegamos pasadas las 10 de la noche a Reynosa, donde la tía y sus hijitos nos dieron la bienvenida. Cenamos ligero y dormimos, decidimos levantarnos al siguiente día tan pronto como mi tío se bañara para ir al trabajo, pues no queríamos despertar a nuestros anfitriones antes ni interrumpirles mucho la rutina. Y así fue, nos metimos uno a uno a la regadera una vez el tío se fue. Como para las 8:00 de la mañana ya habíamos desayunado y estábamos prestos para salir hacia nuestro destino. Esta vez nuestra abuela no nos acompañaba pues carecía de pasaporte y Visa.
El transcurso en el puente que une Texas con Tamaulipas me pareció bastante corto, tal vez porque llevaba mis orejas llenas de Passion and the Opera, y demás maestría musical de parte de Nightwish; fue muy divertido cómo varias veces mi hermano pidió que me callara pues yo hacía intentos fallidos de emular la voz de Tarja que al parecer sonaban nada bien xD!
Ya del otro lado, fuimos a las oficinas ahí mismo para sacar permiso de adentrarnos a la Unión Americana. Invertimos ahí unas tres horas y 24 dólares, más la hora que hicimos en el puente; para ese momento estábamos hambrientos, así que, como haría una buena familia gringa, decidimos ir a comer a un restaurante de comida rápida. Jack in the Box fue el lugar electo, donde deglutí una deliciosa ensalada completísima más unas tiritas de pollo "a la grill".
Así fue que fuimos partiendo ya a New Braunfels al rededor de la 1 de la tarde. Adiós al plan de ese mismo día llegar al parque acuático. Compramos un mapa de Texas en Wal*Mart Express que salió algo caro. No tardamos mucho en descifrarlo entre mi bro y yo, pero fue mi persona quien iba dando las instrucciones. Desde aquí y en todo el viaje, solamente hubo algunos minutos en que no oyera una radio sintonizando el canal de música country, que no estaba tan mal.
La ruta que seguimos, recuerdo perfectamente, fue por la 281. Primero hacia Pharr, de ahí a Alice, pasamos por George Western y en Three Rivers cambiamos a la 37. Nos encontramos en plena carretera con un extraño embotellamiento, así que me volví a poner mis audífonos mientras no se me necesitara de guía. Ya no recuerdo bien los nombres de los poblados subsiguientes, pero en total fueron unas dos horas más de camino antes de llegar a San Antonio. Y vaya metrópoli, nunca había estado en ella y me hubiera encantado, pero sólo la vi por la ventana de nuestra Pathfinder '99 y nada más. Mientras tanto discutíamos si sería mejor quedarnos ahí en un hotel o llegar hasta Shlitterbahn para ver cómo estaba el asunto y hospedarnos seguramente en New Braunfels. Como eran las 6 de la tarde, y después de un montón de argumentos en pro y contra, la mayoría de boca de mis papás, decidimos seguir hasta el destino inicial de una vez... más tarde lo pagaríamos caro, literalmente. Rodeamos San Antonio hasta encontrar con la 35, donde seguimos hasta New Braunfels. Eran unas 30 millas así que se pasó rápido el camino, ya allá vimos letreros que nos fueron guiando hasta el "amusement park".
Arribamos poco después de la siete y mi hermano, con todo y su tartamudeo, pudo comunicarse en inglés con una de las gringas/alemanas del Staff del parque. Era ya la hora en que toda la gente se comenzaba a ir, la mayoría personas que recuerdan a los menonitas de aquí mi pueblo natal, pero en trajes de baño en lugar de los calurosos ropajes rancheros que acostumbra la raza étnica antes mencionada; otros tantos raza negra (omg, they do exist!), además de los gringos promedio y uno que otro de nuestra patria, así como algunos de raíces claramente orientales: toda una mezcolanza indiscriminada, como debe ser. Mis ojos morbosos estaban cansados de tanto leer indicaciones, así que si había carne por la cual babear y hacer memoria, no la pudieron ver con claridad. Ya con la info salimos a New Braunfels -pues nos alejamos de camino al parque- a buscar hoteles. Mi turno de hacer el trabajo comunicador fue en una gasolinera, donde pregunté a una mujer gorda, rubia y ojiazul a través de confusos balbuceos por hospedaje cerca... es curioso cómo la confianza que tu lenguaje te inspira entre mexicanos de nivel de inglés bajo se esfuma al tratar con gringos frente a frente. Pero bueno, le entendí y ella a mí, así que misión cumplida.
Llegamos a la zona hotelera y luego de errar en un par, dimos con uno llamado Garden Inn, que, aprovechando de la situación de turistas ingenuos como nosotros y sin duda otros tantos más (como reconocimos al entrar a la recepción y ver al hombre encargado discutir acaloradamente con huéspedes del monto a pagar acumulado), nos cobró por lo menos el doble de lo normal. Con inglés no muy bueno y claros rastros en su rostro de nerviosismo (obviamente mentía), el mismo hombre nos ladró que era el precio que se estaba manejando, y apoyaba su insolencia con una calculadora que sabrá Dios por qué, marcaba 13500, mostrándonosla con desdén. Estábamos cansados, principalmente mi papá que era el chofer designado, así que terminamos aceptando. El recepcionista se calmó y ahora con voz suave nos indicó que el desayuno era gratis (¬¬...).
Nuestra habitación estaba bien, pero mandamos a que nos cambiaran las sábanas pues una tenía cabellos. Cenamos algo no muy sustancioso y dormimos decididos a levantarnos temprano al siguiente y reclamar un desayuno que, haciendo cuentas, debía por lo menos contener caviar o langosta.

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Ya me cansé de escribir xD.
Mañana la continuación

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Y contando...

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Frozen


Listening and reading

  • Escuchando: La Oreja de Van Gogh, La 5a Estación, Gloria Trevi y Adriana Foster. (Pop Power)
  • Leyendo: Ecce Homo, de Friedrich Nietzcshe.

Lista

  • 1 Mónica Naranjo
  • 2 Tarja Turunen
  • 3 Shakira
  • 4 Floor Jansen
  • 5 Sharon Den Adel
  • 6 Anneke Van Giersbergen
  • 7 Vibeke Stene
  • 8 Duan Marie
  • 9 Roy Khan
  • 10 Isabel Pantoja